lunes, 12 de octubre de 2009

Los saberes de mis estudiantes

De acuerdo a la encuesta aplicada a un grupo de tercer semestre de trabajo social del CETis No. 28 de Zitácuaro, Mich., donde laboro. Los resultados relativos a la pregunta ¿Lo que nuestros estudiantes saben hacer en internet? Son los siguientes: aproximadamente el 70% de ellos utilizan o tienen acceso al internet, el resto no lo utiliza o no lo sabe hacerlo. De ese 70% la mayor parte lo utiliza para bajar información (tareas) otro porcentaje menor para bajar música, fotos y videos. Del 70% mencionado, el 20% reportó utilizarlo para recibir y mandar mensajes, así como para chatear con sus amistades.
En referencia a la interrogante 2, ¿Qué podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula?, se propone lo siguiente: asignar temas de interés para ellos, que a su vez, tengan relación con los contenidos programáticos. Posteriormente, formar equipos que se encarguen de investigar diferentes perspectivas del tema en cuestión, ejemplo: cada integrante del equipo investigará uno de los siguientes aspectos: el económico, el social, el político, el laboral, etc., todo dependiendo del tema designado. Los equipos recurrirán al internet para bajar y analizar la información, incluyendo en ésta notas periodísticas, que presenten información y opinión sobre el tema a tratar. Del estudio y análisis pasaremos a la integración y conclusiones que serán expuestas ante el grupo. Naturalmente, ésta es sólo una estrategia, y el internet nos ofrece una multitud de oportunidades, pero aquí, es honesto aceptar mis limitaciones al respecto, aunque busco la superación de las mismas.
El mismo trabajo asignado puede ser la ocasión para que unos estudiantes apoyen a otros, tanto en la escuela como en un ciber o su propia casa.
Con un saludo
José Ismael

sábado, 10 de octubre de 2009

Mi confrontacion con la docencia

Por el año de 1973, yo era un estudiante de la facultad de psicología que cursaba el quinto semestre en la U A P. Se me invitó a impartir clases de psicología en las prepas de la universidad, a lo cual yo acepte con gusto. Sin contar con ninguna formación pedagógica me vi de pronto frente a un grupo de más de 50 estudiantes, el reto fue difícil, pero puse mi mejor esfuerzo, utilizando los más elementales principios de la docencia y sobretodo recurriendo a los modelos de mis más admirados profesores, dio principio mi camino por la docencia. Al año de haber iniciado, un movimiento político nos arrojo fuera de las prepas.
Al poco tiempo me casé, y la necesidad me condujo, vía un amigo, al CECYT 231 en Huamantla, Tlax. Ahí comencé como responsable de la oficina de control escolar, al año hubo necesidad de docentes y fue como emprendí esta función en el subsistema DGETI. Mi primer curso de capacitación fue “la programación por objetivos”, de ahí a la fecha la DGETI nos ha brindado una gran cantidad de cursos.
Al concluir mi carrera, fui asignado al depto. de servicios docentes, lo cual me alejo parcialmente de los grupos, continúe con cargos administrativos y fue hasta el año de 1989 cuando me dedique totalmente a la labor docente.
En el año de 1990 inicie una maestría en psicología de la educación en el IMCED de Morelia, la cual concluí 3 años después. Además de los estudios realizados en ésta, una de las experiencias más enriquecedoras, lo fue sin duda la elaboración de mi tisis de grado.
Respecto a mi sentir y pensamientos como profesor, puedo decir, que me siento afortunado de convivir y compartir con los estudiantes, tanto los conocimientos como en general todas las vivencias que se presentan en un ámbito académico. Me anima la idea de sentirme útil, y en la medida que lo logro, mayor es mi satisfacción.
Para mi el ser docente ha significado una serie de experiencias que en conjunto son parte de mi formación, tanto personal como profesional.

Mi aventura de ser docente

Recuerdo que cuando inicie trataba de aparentar una sabiduría que estaba lejos de poseer (palabras del autor), lo cual me funcionaba unas semanas quizá, pero finalmente los alumnos me ubicaban tal cual y esto me hacia sentir frustrado e insatisfecho, buscaba prepararme más para recobrar mi postura pero difícilmente lo conseguía. Estoy totalmente de acuerdo con el autor del texto que esa seguridad solo el tiempo y la preparación nos la brinda.
Siempre he procurado mantener buenas relaciones con los estudiantes, pero la inseguridad inicial me lo impedía y lo más difícil era tratar con alumnos desenvueltos, extrovertidos y que expresaban sus ideas sin ningún temor.
El ensayo y error es el método que en lo personal mejores resultados me ha propiciado y me atrevo a decir que a la mayoría de los que no somos docentes.
A través de los años fui cambiando mi perspectiva: de buscar satisfacer mis necesidades, hacia el satisfacer las necesidades de los alumnos. Creo que esto ha sido un paso decisivo en mi labor docente.
De formación humanista me agrada encontrar el factor humano en todas mis actividades, aunque esto no ha sido siempre así, puesto que en un inicio no tenía claros ni mis propósitos ni mis objetivos.
Consideraba que al alumno había que darles respuestas, como si fueran cápsulas que se debían tomar, y preparaba mis clases con un montón de respuestas que a los alumnos no les interesaban. Lo menciono porque ahora concuerdo con el escritor en que hay que fomentar las dudas, las interrogantes, antes que ofrecer respuestas, o en todo caso que los alumnos las encuentren.
Siempre me ha indignado el autoritarismo, creo que es un elemento que no debe estar presente en una institución que pretende formar hombres críticos libre y propositivos, desde estudiante lo entendía así, pero como docente hube de hacer uso de ello, quizá, como un mecanismo de defensa.
Todo lo dicho y lo pendiente es consecuencia de la reflexión de mi trabajo y del texto leído, cabe hacer notar que no todo lo mencionado se ha superado plenamente, o mejor dicho, que estas actitudes y circunstancias son intermitentes, en ocasiones son superadas y en otras aparecen con diferentes tonos y matices, pero, “me encuentro en la lucha” y mantengo la ilusión de mejorar cada día, por supuesto con el aporte de ustedes compañeros y tutora y con cursos como este.

Afectuosamente

José Ismael